La luz al final del túnel
Aparentemente , todo está bien.Todo es normal. Mi rutina, mi
familia, mi trabajo, mi casa…
Día tras día voy sintiendo punzantes
miradas de odio hacia mí, palabras de aborrecimiento que me aprietan el nudo en la garganta. Intento digerir juicios no
constructivos de gente que nunca ha construido nada. Y mi piel poco a poco se
vuelve más fina.
Mi mente me engaña. Las malas
consejeras llevan el foco de mi atención sólo a esta minúscula parte de mi
vida. Me olvido de todo lo demás, de las sonrisas, de los “te quieros”, de los “eres
valiente, te admiro”. Me olvido que tengo una familia adorable, un trabajo que
hago bien y una casa ya pagada que nadie me va a quitar. Eso no importa para mí. Me centro
sólo en que alguien no le ha dado
un like a una foto de mi hijo. Me
centro sólo en que me han gritado y humillado en público por un malentendido
económico ( las restas nunca fueron lo mío). Me centro también en el calor que hace y en las enormes cicatrices que se me quedaron tras mi última gran auto lesión hace ya 5 meses. Voy saltando de un pensamiento a otro como la pulga
salta de perro en perro. Yo a esto lo llamo el efecto Tarzán, algunas que me
conocéis sabréis de qué hablo…
Salto, salto y salto a una
velocidad vertiginosa; la caída es inminente.
Así navego día sí y día también, atrapada
en este círculo vicioso, a la deriva entre tempestades y mares en calma.
¿Dónde está la mujer fuerte que
decía : ABLANDA, TRANQUILIZA Y PERMITE?
¿Dónde se ha ido mi compromiso de cambio? ¿Y mi voluntad? ¿Es todo parte de
esta enfermedad, o será verdad que soy mala persona y me merezco lo peor?
Puede que mi piel esté hecha de
un cristal tintado. Puede que desde fuera no se vea lo que realmente siento por
dentro, o no se ve lo que soy en realidad. Puede que la tinta esté invertida y
la que está confundida en realidad soy yo. ¿Quién me lo asegura?
No tengo ni tendré respuestas
jamás. Lo que sí tengo hoy es aire en mis pulmones, mil y una ideas en mi mente que convierto en palabras para
quien quiera leerlas, ¡y ganas!, muchas ganas escondidas en algún rincón de mi
ser de volver a sentirme mariposa y ver el mundo con colores vivos sin
cristales que lo tinten.
Verónica E R