La eterna
incomprendida por lo que digo o callo. Desagradecida por que me quejo o por lo que anhelo. Debo
empatizar y tragar… de un modo un poco dramático y exagerado, lo acepto, pero
es así.
Vaga,
perezosa, promiscua, torpe, “locares”… A los ojos de los “normales” soy o puedo
ser muchas cosas menos una enferma mental. No cuadra un diagnóstico como el mío
en mentes tan pequeñas como las que me encuentro en los tiempos que corren.
Para algunos, creáis o no, si no tienes síndrome de down, esquizofrenia, autismo o similar, no eres un enfermo mental.
Cuando me dirijo a Salud Mental y presiono el botón de la QUINTA
planta en el ascensor, hay aun quien me mira con recelo… Otras personas van al
psicólogo con vergüenza. Es algo que se escapa a mi entendimiento. Llamadme ilusa.
Cuesta. Cuesta mucho sobrellevar este trastorno, en gran parte por la GRAN
INCOMPRENSIÓN a la que somos sometidos y el gran TABÚ que rodea el tema
TRASTORNO LÍMITE, y otras enfermedades "que no se ven".
Somos
etiquetados, estigmatizados, torturados casi por no poder llevar el peso de la
vida a nuestras espaldas. Ese peso que os pesa a todos, sí. Lo sé. Pero que os
aseguro, ahora que sobrellevo bien mi enfermedad, ahora que me
levanto por las mañanas y con mucho orgullo le puedo poner un cola cao a mis
hijos y llevarlos al colegio; os digo - ahora- que cuando uno se enferma y está mal, no se soporta ese peso tan sumamente asfixiante.
Hoy por
hoy, con mucho esfuerzo por mi parte, de mi familia, de los grupos cerrados de Internet (compuesto por gente estupenda) y sobre todo de los maravillosos profesionales del
centro de Salud Mental de Jerez, estoy muy estable y con proyectos de futuro.
Quién me ha visto y quién me ve…
Desde esta
estabilidad (mental….) os aseguro:
- A los borderline,
que SE PUEDE SOBRELLEVAR el trastorno.
Curar o no curar, ese es otro debate. Pero es posible una vida normal.
- A los
familiares, que el apoyo es INDISPENSABLE.
- A todos en
general, este trastorno es real. No estamos intentando manipular a nadie ni
llamar la atención. Créannos, los que más sufrimos somos nosotros: no nos compensaría.
Un apunte, fijémonos en la gente de nuestro entorno. Quizá la próxima vez que
veamos a una persona con cicatrices en los brazos pensemos diferente sobre él o
ella. Quizá la próxima vez que advirtamos a un “borracho” tirado sucio por la calle nos paremos a reflexionar que detrás no sólo
hay una persona que no ha dado un palo al agua en su vida y “se merece lo que
tiene”. A lo mejor hay más… Quizá cuando veamos a una chica extremadamente
delgada no emitamos juicios sin pensar que muy seguramente también hay un
problema mental y no el capricho de la extrema delgadez…
No intento
ser más valiente que nadie, ni busco elogios (ya me los doy yo, no tengo más remedio). El comienzo de mi recuperación
también coincide con el de este blog. Me consta que mis terapeutas me
leen y me llena de orgullo que me animen a seguir, pues apoyan mi lucha de intentar lo imposible: que el TLP pueda ser mejor entendido de una forma menos médica
tanto por pacientes como por “normales”.
Verónica E
R
Muy orgullosos estamos todos los que te queremos por tu fuerza y tu lucha constante de autocontrol. Cierto es que el apoyo de tu familia y tus amigos, y la ayuda de los profesionales suavizan y mejoran el arduo camino a recorrer, pero tu y sólo tu eres la que coges al toro por los cuernos y le echas un par de ovarios para seguir adelante cada día. Estoy y estaré siempre por y para ti, aunque a veces no sepa que decir o que hacer. Te quiero mucho hermanita
ResponderEliminarExcelente.. ASI pensamos muchos..
ResponderEliminar