Mi cama, mi refugio, mi reino, mi infierno.
Nadie a quien recurrir. Todo esto es por mí.
Susurran, murmuran, dicen, señalan. – Todo esto
es por ti.-
Sí. Todo esto es por mí; por no saber guiar los signos de mi cabeza, por no saber
escoger las nubes blancas y dejar que las negras arañen mi espalda con esta merecida tormenta.
Todo esto es por mí; es el karma
por haber nacido en piel maldita, piel blanca y de colores chillones que
asustan a cuantos tocan su desagradable fulgor. Me río de ello; vuelvo la cara y
lloro de soledad en mi cascarón: mi cama, mi envoltura.
Algún día ¡algún día! seré mariposa. Y tendré colores bonitos
que no asusten. Y podré volar aunque sea por un día. Pero hoy soy gusano. Un pobre y repugnante bicho
que se arrastra a la más mínima dificultad en mi cama, mi refugio, mi reino, mi
infierno.
Verónica E.