Sin piel.
Nacimos sin piel
O nos la arrancaron.
O ambas cosas.
Las personas con trastorno límite de la personalidad
somos como personas con quemaduras por todo el cuerpo, que al mínimo roce
sienten un dolor inmenso. Solemos ser especialmente vulnerables, y durante una
crisis extremadamente frágiles.
Sin piel y sin saber cómo o con qué cubrirnos
agonizamos ante cualquier juicio, cualquier crítica. Cualquier mirada inocente
la convertimos en amenazadora. Una palabra de apoyo entraría en nuestros oídos
como agujas, y un abrazo podría ser fatal en un mal momento. Es muy complicado
saber llevar nuestro trastorno, tanto desde dentro como fuera. He ahí que
tendamos aislarnos y que nuestras relaciones interpersonales sean delicadas.
Hay quien tiene suerte y crece entre vientos y
brisas, como yo. Hay quien no tanto, y en carne viva se expone a torturas
físicas y psicológicas desde niños, dentro y fuera del hogar. Hay quien
ha aprendido a recomponerse la piel día a día, como ahora hago yo con ayuda de
profesionales terapias, apoyo y COMPROMISO DE CAMBIO por mi parte. Hay quien no
puede, no sabe o simplemente no quiere cambiar la manera de vida que lleva.
¿Y de quién es la culpa? ¿Dónde están nuestras
corazas? ¿Por qué nacimos sin ella o por qué nos las quitan? No importa.
Es duro aceptarlo, pero el camino para salir del dolor extremo, del calor del
infierno que vivimos en la más absoluta soledad de la incomprensión es en
realidad no agarrarse a ese deseo que querer entenderlo, sino soltar... dejarlo
ir. Seguir adelante con nuestra batalla, sea la que sea, sea como sea. Así
hacen todos “ellos”, con o sin piel. No es fácil, pero no imposible. Y lo digo
habiendo visto yo las mismísimas llamas del infierno.
Haz un esfuerzo, déjalo ir.
Verónica E.
Me voy yo
ResponderEliminary acabamos antes...
Me canse de ser oruga y pienso quiero y deseo firmemente hacerme mariposa.
Grancias amiga.te quiero y te creo.
Pues entonces coge mi mano. Es gracioso que hagas esa comparación de la oruga.... hace poco la usé yo con alguien muy especial para mí. Fíjate bien, Marta. Fíjate..... ¿seguro que no te están saliendo alitas pequeñitas? Eres genial, nena. Ni se te ocurra irte a ninguna parte y dejare aquí sola con tanto "sano" :)))))) te quiero mucho, venga joder, que me cojo el AVE y estoy allí en "ná" :))))
EliminarGracias vero...justo en mayo del 2014 me fui de Madrid y mi cárcel particular.
EliminarBien, el infierno nace en nosotros y mora allí... no siempre está activo; aun me siento afortunado cuando siento el calor por proximidad -¿temporal?- y no me veo envuelto en él. Sí, yo he perdido la confianza en los profesionales del sistema público y al privado no tengo acceso, pero lucharé con mi experiencia y el ejemplo de valientes como tú para mejor vivir.. VIVIR y no morir en vida. Gracias Vero
ResponderEliminarSí,depende de nosotros tenerlo bien cubierto de hielo, piedras, o de lo que sea para que no explote cual erupción de un volcán arrasándolo todo a su paso. Qué bellos son los volcanes... y qué peligrosos. Nuestro infierno vive en nosotros, pero lo podemos controlar con trabajo y constancia. Caeremos, mil veces. Yo caigo a diario. Intentar no hundirse es lo que nos debe diferenciar. No soy valiente, soy libre. :) Y tú, querido amigo mío me das aún más alas para volar. Así que gracias a ti M A (otra vez...). :)
Eliminar