Ya estamos otra vez. No sé qué le pasa a esta niña, ahora bien, ahora
me enfado, luego me deprimo… Hoy está cabreada, puff. Siempre llamando la atención,
aprovechándose de esa enfermedad que dice que tiene. Yo paso. Ya están mi hermana y mi
hermano para atender sus caprichos de niña consentida. Total, tampoco es que cuenten conmigo
para nada, y ya tengo yo bastante con los problemas en mi propia casa con mi marido y mis
hijos, que no son pocos.
………………………………….
Así solía pensar yo. Es duro admitirlo, pero evitaba involucrarme a
toda costa poniendo cualquier tipo de excusa estúpida, hasta que llegó el primer intento
de suicidio. Lloré, lloré desconsoladamente. No entendía por qué lo hizo, no pensaba que
su vida fuese tan desdichada como para acabar con ella, ni comprendía las razones por
las que llegó a hacer semejante barbaridad.
Intenté acercarme más a ella, implicarme más en su vida, sin entender
aun esta dichosa enfermedad. Hablo con mis hermanos, “cómo está, cómo la ves hoy,
parece tranquila, hoy tiene un mal día… la llamas tú, voy a verla yo…” La llamo sin saber
qué decir, voy a verla sin tener ni idea de cómo se va a encontrar. ¿Qué hago? ¿Qué le digo?
Intento levantarla de la cama. Me manda a la mierda, ¡¡¡DEJADME EN PAZ!!! Grita una y
otra vez. Salgo de la habitación, nerviosa. Vuelvo a entrar. Sigue con la cabeza bajo las
mantas. La miro. Vuelvo a salir. No quiero irme por miedo a que pueda hacerse daño otra vez,
pero no hago nada allí.
Vuelvo a casa con la imagen de su cara llena de odio y rabia. No puedo
quitarla de mi mente.
No consigo dormir. Miro una y otra vez el teléfono. Continuos
pensamientos llegan a mi mente que me hacen sobrecogerme. ¿Conseguirá
hacerlo? ¿Se
quitará la vida?
María del Mar E. R.
qué duro es
ResponderEliminarEn los momentos en que te encuentras encerrada en tu infierno, no eres consciente del tremendo daño que haces a los demás. Mi familia me adora, no me recriminan haberles hecho la vida imposible durante un período de tiempo que preferirían olvidar, porque al fin entendieron de qué se trata todo esto. No era dueña de mi voluntad, responsable en parte sólo de lo que mi mente le hacía a mi cuerpo.
ResponderEliminarEn ese momento lo mas importante es estar ahi pase lo que pase.. y un poco de carino, a veces nos olvidamos de que estas personas necesitan carino, y mucho!! Ser escuchadas y sentirse queridas.. es una gran idea amiga que tambien hagas participes a las personas que estamos al lado y convivimos.. gracias amiga, para mi es un honor ser tu amiga y poder compartir. Te dejo un beso grande, cada dia te aprecio mas preciosa, eres maravillosa <3 tqm amiga :)
ResponderEliminarQué bien explicado Mar!!! Es verdad que muchas veces no sabemos qué hacer ni decir ,pero aquí seguimos aprendiendo junto a ella y haciendo a nuestra familia cada vez más fuerte y unida....Pensamiento positivo.Besitos
ResponderEliminarMe imagino que ese será el pensamiento de mi pobre madre que no sabe que hacer, ni como ayudarme, generalmente ellla se lleva la peor parte de mi endemoniado caracter, de mi personalidad. se que muchas veces la he hecho responsable de lo que me pasa y de mis múltiples fracasos, de mis traumas y hasta de mis odios...Esto es muy duro, tan simple como que no me soporto ni yo misma y me pregunto:cómo puedo tener la soberbia de pedir a los demás algo que ni yo misma me concedo.la paz y el perdón.
ResponderEliminarSiempre pensé que me gustaba la vida que llevaba, independiete, con mi dinero, mi trabajo, mis amores y desamores que utilizaba y desechaba con la misma facilidad...tengo la inmensa capacidad de hacer daño en el punto que rabias de dolor y lo utilizaba con mucha frecuencia, ya ni eso, esto tan derrotada (sin pastillas) y tan drogada con ellas que no creo que esto sea sano. mi mente y mi cuerpo van mas despacio pero la agonia, el miedo, la frustración el poco amor que me tengo siguen haciendo los mismos estragos.yo creo que la que más se ha esforzado en entenderme es mi madre y ni siquiera puedo vivir con ella porque no me siento capaz de controlarme y estar polticamente correcta en su casa, que no vive sola, tiene marido.y de mi casa ni hablar..... somos tres cabezas y tres corazones cada uno a lo suyo,lo que me hace sentir más vulnerable, mas utilizada y más estúpida...que asco todo.
Siempre hay dos lados de una misma historia, Marta. Ella tendrá su verdad, tú tendrás la tuya. Hay una frase que tengo escrita en una cartulina, pegada con un imán a la nevera: LAS EMOCIONES DEL OTRO SON DEL OTRO, Y NO PERTENECEN A MÍ. Nos tenemos que hacer responsables de nuestros actos, no culpabilizarnos. Un abrazo.
ResponderEliminar