sábado, 15 de marzo de 2014

No soy tu esclava


No soy tu esclava

Yo: Aquí viene otra vez. Noto la mandíbula tensa,  siento presión en el pecho, el corazón late fuerte.  A ver qué ocurre ahora… control, control, autocontrol.

Mente irracional: Se va a enterar esa zorra. Se van a enterar todos ellos. Esto no se queda aquí. ¡JÁ! Bastaría más.  Llamarme a mí niña inmadura y manipuladora…. ¿Quién se cree que es esa estúpida para juzgarme así? -“Bah, Silvia usa su “enfermedad para manipularnos según le convenga”. ¿CÓMO? Echo fuego por la boca…

Yo: No deberías estar leyendo esto. Son conversaciones privadas. Además, la perjudicada vas a ser sólo tú.

Mente irracional: ¡Pues que se jodan! Voy a quemar la casa, ¡me van a oir!. Podría matar a alguien con mis propias manos. Podría rajarme piernas y brazos para que se sientan culpables los asquerosos ignorantes esos, porque me lo están haciendo ellos. Ellos y sólo ellos tienen la culpa.

Yo: Calma, Silvia. Te estás jugando malas pasadas tú misma. Los pensamientos vienen a tu mente como trenes apresurados, sin rumbo, a toda velocidad. Déjalos ir… visualízalos yéndose de tu cabeza igual que entraron. No te agarres a ellos.

Mente irracional: Pues me agarro. Me agarro y me agarro porque quiero; y quiero además gritarles a esa gentuza que les deseo la muerte, que les arrancaría el pelo uno a uno, golpearía sus huecas cabezas contra la pared.

Yo: ¡Para de una vez! Sacúdete esas ideas. Déjalas ir. Sal a dar un paseo

                                              ……

Empiezo a sentirme menos mareada aunque mi cabeza aún va a mil por hora. Odio en el pecho, presión. Mucha, demasiada frustración. En realidad siento pena. Pena de mí misma y decepción por los que me etiquetan de malvada, falsa, inmadura y manipuladora. Creía en ellos, esperaba comprensión por su parte. Y esta osadía mía me ha abierto las puertas de la verdad. ¿Y ahora qué? ¿Estoy mejor ahora al conocer a la Gran Señora Verdad?

Mente irracional: Pues claro, la verdad os hará libres, dicen. Ya sé qué piensan de mí, ya les puedo tirar piedras con motivo. Oh, y se las tiraré….

Me levanto de la silla, tiro el ordenador al suelo y lo piso con fuerza, con odio. Voy a la nevera y cojo una cerveza. Después otra. Vuelve el mareo.

Mente irracional: Os odio, os odio, ¡OS ODIO! Estoy infringiendo normas por vuestra culpa. Yo estaba bien, y mirad ahora. Me hacéis sentir malvada, me hacéis sentir que no valgo. Al final van a tener razón, que al fin y al cabo soy un escombro de la sociedad. Soy la peor madre, la peor esposa, la peor hermana, LA PEOR PERSONA. Y ahora encima de todo he caído otra vez en este círculo vicioso del que no puedo salir.

Yo: Sí puedes, Silvia. Esto es sólo un capítulo, pasará, tranquila.  De hecho, puede que hayas sacado las cosas de contexto. Te has agarrado al pensamiento negativo. Se te ha pegado al cuerpo como si de una sanguijuela se tratase. Sácalo de tu mente. ¡Enfría tu mente!

Mente irracional: (gimiendo…) Me quiero morir... no intentes convencerme. No sirvo para nada. Soy menos que un cero a la izquierda. Por favor, déjame regocijarme en mi miseria. Sólo sirvo para eso.

Yo: Hazlo si quieres. Pero fuera. ¡FUERA DE AQUÍ! No pienso ser esclava de mis propios pensamientos. ¿Te sientes triste?  Siéntete. Eso no lo podrás controlar y no lo debes tampoco evitar. Permite tu tristeza, agarra tu cara y mira alto al cielo, esté azul, gris o negro. Mira más allá de las dichosas locomotoras que traen y llevan negatividad a tu cabeza. Déjalas que se lleven lo malo, y quédate aquí, en el presente. En el “no sé bien qué he leído”, “no me importa lo que piensen” y “yo sé que estoy luchando”. No hay nada más. Libérate de las cadenas y dirígete hacia donde quieras ir. Tu meta, tu objetivo, tu vida.

Mente irracional: Volveré para joderte la vida, lo sabes, ¿no?

Yo: Lo sé. Y aquí estaré para invitarte a que desaparezcas de nuevo. Ya no soy tu esclava. 

5 comentarios:

  1. Duro, muy duro, pero real preciosa, me impacto, aunque lo he vivido varias veces con mis amistades.. muy importante los pasos, igual que el darlo a conocer.. gran mensaje amiga, un fuerte abrazo, tqm :)

    ResponderEliminar
  2. Genial. Sincero y valiente. Enfrentarse a los demonios interiores es muy valiente. Adelante

    ResponderEliminar