No soy tu esclava
Yo: Aquí viene otra vez. Noto la mandíbula
tensa, siento presión en el pecho, el
corazón late fuerte. A ver qué ocurre
ahora… control, control, autocontrol.
Mente
irracional: Se va
a enterar esa zorra. Se van a enterar todos ellos. Esto no se queda aquí. ¡JÁ!
Bastaría más. Llamarme a mí niña inmadura
y manipuladora…. ¿Quién se cree que es esa estúpida para juzgarme así? -“Bah, Silvia usa su “enfermedad para manipularnos
según le convenga”. ¿CÓMO? Echo fuego por la boca…
Yo: No deberías estar leyendo esto.
Son conversaciones privadas. Además, la perjudicada vas a ser sólo tú.
Mente
irracional: ¡Pues
que se jodan! Voy a quemar la casa, ¡me van a oir!. Podría matar a alguien con
mis propias manos. Podría rajarme piernas y brazos para que se sientan
culpables los asquerosos ignorantes esos, porque me lo están haciendo ellos. Ellos
y sólo ellos tienen la culpa.
Yo: Calma, Silvia. Te estás jugando
malas pasadas tú misma. Los pensamientos vienen a tu mente como trenes
apresurados, sin rumbo, a toda velocidad. Déjalos ir… visualízalos yéndose de
tu cabeza igual que entraron. No te agarres a ellos.
Mente
irracional: Pues
me agarro. Me agarro y me agarro porque quiero; y quiero además gritarles a esa
gentuza que les deseo la muerte, que les arrancaría el pelo uno a uno, golpearía
sus huecas cabezas contra la pared.
Yo: ¡Para de una vez! Sacúdete
esas ideas. Déjalas ir. Sal a dar un paseo
……
Empiezo
a sentirme menos mareada aunque mi cabeza aún va a mil por hora. Odio en el
pecho, presión. Mucha, demasiada frustración. En realidad siento pena. Pena de
mí misma y decepción por los que me etiquetan de malvada, falsa, inmadura y
manipuladora. Creía en ellos, esperaba comprensión por su parte. Y esta osadía
mía me ha abierto las puertas de la verdad. ¿Y ahora qué? ¿Estoy mejor ahora al
conocer a la Gran Señora Verdad?
Mente
irracional:
Pues claro, la verdad os hará libres, dicen. Ya sé qué piensan de mí, ya les
puedo tirar piedras con motivo. Oh, y se las tiraré….
Me
levanto de la silla, tiro el ordenador al suelo y lo piso con fuerza, con odio. Voy a la nevera y cojo una cerveza. Después
otra. Vuelve el mareo.
Mente
irracional: Os
odio, os odio, ¡OS ODIO! Estoy infringiendo normas por vuestra culpa. Yo estaba
bien, y mirad ahora. Me hacéis sentir malvada, me hacéis sentir que no valgo.
Al final van a tener razón, que al fin y al cabo soy un escombro de la sociedad.
Soy la peor madre, la peor esposa, la peor hermana, LA PEOR PERSONA. Y ahora
encima de todo he caído otra vez en este círculo vicioso del que no puedo
salir.
Yo: Sí puedes, Silvia. Esto es
sólo un capítulo, pasará, tranquila. De
hecho, puede que hayas sacado las cosas de contexto. Te has agarrado al
pensamiento negativo. Se te ha pegado al cuerpo como si de una sanguijuela se
tratase. Sácalo de tu mente. ¡Enfría tu mente!
Mente
irracional: (gimiendo…)
Me quiero morir... no intentes convencerme. No sirvo para nada. Soy menos que un
cero a la izquierda. Por favor, déjame regocijarme en mi miseria. Sólo sirvo
para eso.
Yo: Hazlo si quieres. Pero fuera. ¡FUERA
DE AQUÍ! No pienso ser esclava de mis propios pensamientos. ¿Te sientes triste?
Siéntete. Eso no lo podrás controlar y
no lo debes tampoco evitar. Permite tu tristeza, agarra tu cara y mira alto al
cielo, esté azul, gris o negro. Mira más allá de las dichosas locomotoras que
traen y llevan negatividad a tu cabeza. Déjalas que se lleven lo malo, y
quédate aquí, en el presente. En el “no sé bien qué he leído”, “no me importa
lo que piensen” y “yo sé que estoy luchando”. No hay nada más. Libérate de las
cadenas y dirígete hacia donde quieras ir. Tu meta, tu objetivo, tu vida.
Mente
irracional:
Volveré para joderte la vida, lo sabes, ¿no?
Yo: Lo sé. Y aquí estaré para
invitarte a que desaparezcas de nuevo. Ya no soy tu esclava.
Muy bueno !
ResponderEliminarGracias Nervita ;-) un beso
EliminarDuro, muy duro, pero real preciosa, me impacto, aunque lo he vivido varias veces con mis amistades.. muy importante los pasos, igual que el darlo a conocer.. gran mensaje amiga, un fuerte abrazo, tqm :)
ResponderEliminarGenial, muchas gracias
ResponderEliminarGenial. Sincero y valiente. Enfrentarse a los demonios interiores es muy valiente. Adelante
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